Cómo vivimos está relacionado con el sentir,
y éste con los sentimientos.
Es como un gran puzzle de piezas desarmadas,
relacionadas entre sí.
Alegrías y tristezas,
éxitos y frustraciones,
encuentros y desencuentros…
todas estas situaciones están sucediendo
en relación a la frecuencia en la cual vibramos.
Nuestra identidad, todo lo que somos…
más allá del cuerpo físico,
es la interpretación de la realidad.
Ésta, es algo subjetivo.
Todo lo que existe tiene una interpretación personal,
que puede ser coincidente o no,
pero muy variable según las características únicas de cada individuo.
Poder entender los procesos cognitivos
que moldean nuestra personalidad,
no es algo fácil.
Incluso parece más sencillo ver en otros,
ciertos comportamientos que los hacen predecibles,
acciones que cometen otras personas,
que vistas desde otra perspectiva
son juzgadas por nuestra percepción,
interpretadas como errores.
Y es justamente ahí que podemos extrapolar este concepto;
conocernos un poco más profundo,
ver las cualidades y características propias…
Esto requiere de un ensayo,
que va desde nuestra más profunda información;
recibida del medio ambiente donde comenzamos nuestros primeros pasos;
conocer las características de nuestros progenitores,
familia amigos y sociedad,
más las experiencias transitadas...
Todo esto desde la visión más sutil del Alma.
Permítete sentir los sentimientos,
transitarlos, vivenciarlos…
Pero también tomarlos como un gran aprendizaje.
Sentir que avanzamos en esta gran escuela que es la vida.
Tener presente que el dolor que hemos sufrido,
es fundamental para forjar la transformación del Ser.
Apreciar el verano es posible gracias al invierno.
Que los días son necesarios, como así las noches.
Que nada está inmóvil.
Siempre hay una nueva oportunidad…
siempre un nuevo amanecer.
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